miércoles, noviembre 09, 2005

La Actividad Privada y el Estado

Muchas de las propuestas productivas que generan trabajo para la población deprimida, para los emprendedores noveles (y los no tanto) y divisas para el país, requieren inversión económica y financiamiento. El Estado podría dedicar parte de su presupuesto a impulsar estas propuestas, sin embargo el retorno de estos capitales no es seguro porque la experiencia nos indica que el Estado es mal empresario. Hacer viable una empresa estatal es dificil (más no imposible). La otra opción es que la inversión privada genere estas actividades. ¿Lo puede hacer? Si. Pero, para ello el Estado tendría que apoyar tales iniciativas, plantear fórmulas (tributarias, autorizaciones, concesiones, y otros instrumentos) de forma tal que, lo que no puede hacer el Estado por lo menos permita que lo realice la empresa privada. Qué hay alguien o varios que se van a enriquecer. Bueno, desde mi enfoque no veo lo malo en que alguien se enriquezca si genera la rueda de la producción. A su vez habre la posibilidad de creatividad tanto para el ingreso de competidores como de aplicación de tecnologías. ¿Y qué sucede con la sobre explotación de los recursos por parte de los desmedidos empresarios?. Pienso que esa es la parte competente del Estado: el control. ¿Pero el control da pie a la corrupción? La sociedad civil no es gaseosa, por tanto es la llamada a controlar a los controladores. En síntesis, definitivamente en estos tiempos, salir del sub desarrollo implica incrementar la actividad comercial y esta traerá consigo una mejor calidad de vida para la poblaciones en general. El reto es hacerlo sin alterar extremadamente nuestra naturaleza bondadosa. ¿Hay formas para eso? Si. Indaguemos por ejemplo 2 conceptos: Ecoeficiencia y Producción mas Limpia.

lunes, octubre 10, 2005

Descentralización, de la teoría a la práctica

La descentralización en el Perú, se está llevando a cabo cual niño que aprende a caminar; con algunos tropezones, caídas y golpes. No hay otra manera, en realidad es parte del proceso púes para nosotros los peruanos, constituye un nuevo paradigma.

Pero ¿qué es la descentralización?. Hay quienes lo sinonímian con el vocablo Regionalización, otros confieren que sólo es burocratizar el país más de lo necesario y nos faltan los que argumentan que solo se trata de rebautizar nuestros departamentos agregándoles el término región. Conviene entonces entender el concepto que nos permite disipar dudas y confusiones.

La descentralización se define como el proceso mediante el cual se trasfiere poder de decisión y responsabilidad desde el nivel central de una organización a unidades descentralizadas o alejadas del centro. Partiendo de ello, debemos entender que en nuestro país “el centro” es Lima y las “unidades alejadas” los restantes 23 departamentos y nuestra provincia constitucional distribuidos en nuestro territorio.

¿A que conduce la descentralización? ¿Cuál es el objetivo?. Durante años, se ha criticado el abandono de los gobernantes de turno, a los requerimientos del interior del país. Proyectos que nunca se realizan, servicios básicos deficientes, inequidad en cuanto a los aspectos sociales (salud, educación, trabajo, vivienda), desprotección general y otros tantos males han sido atribuidos al sistema centralista. Entonces, en el entendido que el “centralismo” es malo surge la teoría de que la descentralización es la solución.

Por tanto, siendo la descentralización una alternativa de solución, se establece la estrategia, la cual hasta el momento consiste en “prueba-error”. Se dio un primer paso creando regiones en igual número que departamentos (incluye el Callao), cosa que obedece mas a criterios políticos que técnicos. Dentro de algunos días se realizará un referendum sobre la aceptación de las poblaciones a agruparse en macroregiones.

Se creo una instancia que ordenara el proceso: el Consejo Nacional de Descentralización (CND), y dentro del legislativo existe el grupo parlamentario Comisión de Descentralización con quien en conjunto viene dando marchas y contramarchas a los que se suman los noveles gobernantes subnacionales (entiéndase presidentes de región) con sus pedidos y exigencias de transferencias muchas con razón y otras un tanto exageradas.

A todo este ruido, el ciudadano común solo responde con expectación. La sociedad civil a observado con tino, ¿y como no? si en su seno se encuentran cuadros capaces, lúcidos y técnicos que mucha falta le hace al proceso, dentro de los cuales algunos han determinado que para que el objetivo tenga éxito, la descentralización tiene que darse en 3 ámbitos; política, fiscal y económica.

Si, subrayada económica porque la parte mas gravitante de éste proceso. Claro el gobierno puede transferir partidas del presupuesto nacional, pero éstas no ayudarán mucho al desarrollo regional. ¿Quién entonces? Los burócratas no habían tomado en cuenta que el engranaje que hace girar el motor también estaba en Lima, por lo cual la descentralización pública deberá ir acompañada de la privada.

El factor empresarial, la inversión privada, el capital humano, la ciencia y la tecnología son temas que tienen que ver con la centralización privada, la cual recién se está tomando en cuenta. Menudo problema, ¡cómo hacemos para que ellos, los empresarios también se descentralizan?. Esa estimado lector es la pregunta del millón.