martes, marzo 06, 2007

Una agenda interna para el desarrollo

Samuel Gleiser katz
Cámara de Comercio de Lima

Los beneficios de la apertura comercial y el consecuente auge de la producción no serán suficientes para alcanzar el pleno desarrollo económico y social del país, si paralelamente no se implementan las políticas internas que contribuyan a generar mayor competitividad y a atraer nuevas inversiones.

En este sentido, la globalización plantea la posibilidad de obtener grandes beneficios económicos, pero si nos limitamos a la firma de tratados comerciales sólo se beneficiarán las empresas realmente competitivas.
El gran reto es, entonces, maximizar el aprovechamiento de la apertura comercial por la mayoría de las empresas, especialmente las MYPE , que representan cerca del 98% del total en el país y vienen registrando un "boom" expansivo gracias al comercio exterior.

Para ello, además deben priorizarse los acuerdos con los mercados que tenemos ventajas competitivas o con los que nos permiten una real complementación económica. Conjuntamente con el acceso a mejores servicios de salud, a una educación con calidad, a servicios básicos como saneamiento y electricidad, para disminuir significativamente la pobreza y acabar con la exclusión social, la agenda interna debe incluir la probación de normas laborales flexibles y de un sistema impositivo justo, que promuevan más empleos y una producción competitiva.

"Con la actual inversión en infraestructura nos tardaremos 31 años en superar el déficit "

Es indispensable, en consecuencia, emprender con decisión la anunciada reforma administrativa, a fin de lograr un Estado austero, fuerte, eficiente, eficaz y facilitador, corrija las distorsiones del mercado, simplificando los procedimientos para reducir los costos y plazos. Así se facilitarían las actividades empresariales y de los ciudadanos.

El estado podra así asociar la estabilidad macroeconómica a una adecuada política de gasto público, que permitan la distribución equitativa de los ingresos, con el propósito de reducir la derecha económica y social, así como preservar un marco jurídico estable.

De igual modo, es déficit de infraestructura. Para ello, se debe enfatizar en la modernización de carreteras, puertos y aeropuertos, conectados a las principales zonas productoras. Según los cálculos del centro de investigación empresarial de la CCL , la dotación de infraestructura para los sectores básicos de la producción requiere, para los próximos diez años, una inversión superior a los US$ 43.000 millones.

Con el actual nivel de inversión pública se tardaría 31 años para cubrir este déficit, por lo que la CCL recuerda al gobierno la necesidad de implementar la puesta en marcha de las asociaciones público-privadas, a fin de concitar la participación de los agentes económicos privados, en los proyectos de desarrollo nacional.

Un trabajo conjunto entre el Estado y el sector privado constituirán los grandes ejes de competitividad para encaminarnos por la senda del desarrollo.

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